Tres de Espadas y Cuatro de Copas

Este material tiene un carácter exclusivamente de entretenimiento
Esta página está dedicada al estudio detallado de la combinación de la carta Tres de Espadas y la carta Cuatro de Copas en una tirada de tarot para diferentes aspectos de la vida: amor, carrera, finanzas y crecimiento espiritual. Explore el simbolismo y la interpretación de la conexión directa e invertida de los dos arcanos.

Combinación de la carta Tres de Espadas y la carta Cuatro de Copas

Cuatro de Copas en posición normal y Tres de Espadas en posición normal – síntomas de parálisis emocional. Una persona rechaza oportunidades debido a heridas que aún sangran. Congelada en la sombra de su dolor, no logra ver las manos que se extienden hacia ella. Es momento de descongelar el corazón y comenzar a notar lo que la vida sigue ofreciendo, incluso cuando todo parece perdido.

Combinación de la carta invertida Tres de Espadas y la carta Cuatro de Copas

Cuatro de Copas en posición normal con un Tres de Espadas reversed muestra a una persona en una encrucijada. El dolor ha disminuido, pero persiste la inercia del desapego. Las heridas han sanado, sin embargo continúa el hábito de rechazar oportunidades. El momento de introspección ya terminó. Es hora de sacudirse la insensibilidad y darse cuenta de cuántas puertas están realmente abiertas a tu alrededor.

Combinación de la carta Tres de Espadas y la carta invertida Cuatro de Copas

El Cuatro de Copas invertido junto al Tres de Espadas – una combinación de resistencia interior y dolor evidente. La persona se aparta obstinadamente de lo bueno, hundiéndose en su propio sufrimiento. Cuanto más niega la luz, más se sumerge en la oscuridad. Solo mediante la plena aceptación de sus sentimientos podrá vislumbrar los primeros indicios de nuevas posibilidades.

Combinación de la carta invertida Tres de Espadas y la carta invertida Cuatro de Copas

Ambas cartas están boca abajo – el Cuatro de Copas y el Tres de Espadas indican un punto de inflexión. La tormenta está amainando, y el velo de pesadez se está levantando. La persona ya no se aferra al dolor como parte de su identidad. Los fragmentos punzantes del pasado gradualmente pierden su capacidad de herir, despejando el camino hacia nuevos horizontes.